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La planta ya está hipotecada antes de terminarse las obras por 120 millones de euros, los operarios han vuelto a la planta de Manises, que quedó parada más de un año
Una carretera recién asfaltada se abre paso hacia la planta de tratamiento de residuos de Quart de Poblet. Varias palmeras recién plantadas y una rotonda con el césped impecable reciben al visitante. El edificio, impecable, parece un centro de investigación, con un diseño de lo más vanguardista. Trabajan todavía varios obreros en la zona, donde dan los últimos retoques a la urbanización, aunque el edificio parece cerrado. Solamente un pequeño detalle enturbia la idílica visión: un olor nauseabundo que invita a marcharse.
¿De dónde viene ese hedor? Apenas unos metros más adelante, bordeando la carretera, que se convierte en un camino de cabras, se descubre el origen: hay una actividad frenética, con camiones de basura que no dejan de entrar y salir y montañas y montañas de residuos en diferentes estados de descomposición. Al ruido de los camiones se suman los chillidos de los centenares de gaviotas que carroñean entre la basura. En esta zona, las infraestructuras se caen a pedazos y el perímetro de hormigón no existe. Es la antigua Fervasa, que debía estar ya clausurada desde hace años. La Entidad Metropolitana para el Tratamiento de Residuos (Emtre) esconde tras una bonita apariencia toda la suciedad.
La Conselleria de Medio Ambiente dio por inaugurado este megaproyecto en 2009. Así consta en la revisión del Plan Integral de Residuos, un documento que se puede consultar en la página web de la Generalitat y que asegura que la «nueva planta de Quart de Poblet (sustituye a la de Fervasa) está en funcionamiento desde 2009». Pero el vertedero que tanto ha molestado durante décadas a los valencianos todavía funciona en la puerta de atrás, en término de Aldaia.
Hace unos meses, LAS PROVINCIAS publicó que uno de los muros que rodea la planta se había derruido y la basura desbordaba. La situación, esta semana, era todavía peor. Ya no queda prácticamente rastro del muro de contención y los residuos siguen dando de comer, al aire libre, a las gaviotas. Nadie se ha molestado en arreglar un pedazo de la infraestructura que no se ve. Hasta allí no llegarán los visitantes de la nueva planta, a la que han llamado Los Hornillos para alejar el fantasma de Fervasa.
Y nadie sabe, sin embargo, cuándo se inaugurará una infraestructura que ya ha sido hipotecada para poder asumir los costes de un presupuesto que se ha más que duplicado desde que fue concebida, allá por 2005, y que ya cuesta 120 millones de euros. Al menos éste es el importe de la hipoteca que solicitó la UTE Los Hornillos, el grupo de empresas que construyen y posteriormente gestionarán la planta. La constructora argumentó que necesitaba el dinero para poder acabar las obras de las instalaciones, que ya llevan un retraso de más de dos años. Y subiendo.
El proyecto sufrió una modificación en 2007 que incrementó la inversión de 58 hasta los 93 millones de euros y que volvió a aumentar el pasado año con gastos que no se habían previsto inicialmente, hasta los 120 millones. Por ejemplo, no se había tenido en cuenta el desvío de una torre de alta tensión, una obra por la que Iberdrola exigió 10 millones. La UTE formada por las empresas Cyes, Corporación F. del Turia y Sufi fue autorizada por el Emtre para hipotecarse.
Coste del tratamiento.
Mientras, desde 2005, ya había ido incrementando de forma constante el coste del tratamiento por tonelada que cobra la empresa a los ayuntamientos, a pesar de que no todos los residuos se tratan. LAS PROVINCIAS ha intentado conocer cuáles son las cifras de toneladas que entran en la planta y qué porcentaje se trata, pero no se ha facilitado ninguna información, ni desde la Conselleria de Medio Ambiente ni desde el Emtre.
Precisamente, el pasado viernes la entidad de residuos celebró una asamblea, la última antes de constituirse la próxima tras la nueva configuración de los Ayuntamientos, donde continúa la opacidad informativa sobre el estado de las obras y sobre la actividad que se desarrolla en la planta.
Como sucede en la Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos (Emshi), que gestionaba la depuradora de Pinedo, el Emtre está compuesto por los ayuntamientos de Valencia y su área metropolitana, que llevan sus residuos a tratar a la planta de Quart, la antigua Fervasa y cuyos sobrantes van a parar al vertedero de Dos Aguas.
Precisamente, al coste de la planta de Quart de Poblet hay que sumarle el de este vertedero, unos 45 millones de euros. El incremento en este caso se produjo debido a que la Conselleria de Medio Ambiente prohibió construir la ampliación de una de las zonas proyectadas, por considerar que era suelo forestal, y limitando la capacidad de un vertedero donde van a parar todos los rechazos de la planta de Quart.
De momento, es además la única planta de tratamiento que existe en Valencia y el área metropolitana, ya que la de Manises, cuyas obras estuvieron paralizadas más de un año por la falta de presupuesto, se han reiniciado con la instalación de la cubierta de la estructura que quedó a medio hacer. La planta debe acoger 250.000 toneladas al año, y el Emtre asegura que podrá estar terminada la obra en 2012
