Desde que la Universidad Miguel Hernández (UMH) inició su andadura, ha mantenido una especial sensibilidad por el medio ambiente. El rector Jesús Rodríguez Marín recordó ayer que las instalaciones universitarias usan como energía el gas frente a la electricidad por ser menos contaminante y que los edificios, casi inteligentes, están preparados para un mayor aprovechamiento de la luz y del agua.
Pero la institución ilicitana ha querido ir más allá y ha proyectado la apertura de una oficina ambiental, que será una realidad a principios del próximo curso y cuyos objetivos serán fomentar la sensibilidad medioambiental, la gestión de todo tipo de residuos, dar cabida a proyectos de investigación ambiental y poner en marcha un plan de calidad ambiental.
En el marco de la educación ambiental, se pretende conocer y estudiar la problemática ambiental que genera la actividad universitaria, promover la reducción, reutilización y reciclaje, concienciar a la comunidad universitaria mediante campañas y organizar cursos.
Otra de las temáticas que se abordará serán los residuos. En colaboración con el área de Infraestructuras y la empresa concesionaria del servicio de gestión y retirada de residuos, se elaborarán propuestas sobre separación por categorías, ubicación y localización de los lugares donde se generan los residuos, estudio de los residuos tóxicos y peligrosos, biológicos y radioactivos generados por la docencia o investigación y se realizará un seguimiento de la recogida, transporte y tratamiento para su eliminación.
La UMH pretende llevar a cabo estudios científico-técnicos que ayuden a paliar problemas ambientales y proponer iniciativas para promover la reducción de la contaminación atmosférica y la consideración de las repercusiones ambientales en el diseño de nuevos edificios.
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