En su reunión extraordinaria, el Ejecutivo declaró el estado de emergencia durante dos semanas en Beirut, calificada de “zona catastrófica”.
Además, anunció tres días de luto oficial a partir del 5 de agosto para honrar a las víctimas de una tragedia que ha sacudido a este pequeño país y ha devastado amplias áreas de la capital libanesa.
El gobernador de Beirut, Marwan Aboud, indicó que hasta 300.000 personas se quedaron sin domicilio debido a los enormes daños que, según él, afectaron a más de la mitad de la capital de unos dos millones de habitantes.
Según las autoridades, unas 2.750 toneladas de nitrato de amonio, almacenado “sin medidas de seguridad” en el puerto de Beirut originaron las explosiones, las peores de la historia de la capital libanesa. “Es inadmisible que un cargamento de nitrato de amonio, estimado en 2.750 toneladas, se halle desde hace seis años en un almacén, sin medidas de precaución. Esto es inaceptable y no podemos permanecer en silencio”, declaró el primer ministro Hassan Diab ante el Consejo Superior de Defensa, según un portavoz.
El nitrato de amonio es una sal blanca e inodora que se utiliza como base para muchos fertilizantes nitrogenados en forma de gránulos, aminonitratos, altamente solubles en agua. Pero también para fabricar explosivos y ha causado varios accidentes industriales. Una fuente de los servicios de seguridad indicó que el nitrato de amonio había sido incautado en un barco averiado hace seis años y colocado en el almacén número 12 del puerto, “sin ningún seguimiento”.
El gobierno decretó el estado de urgencia durante dos semanas en Beirut y pidió el arresto domiciliario a los responsables de almacenar el nitrato de amonio.
“La situación es apocalíptica, Beirut jamás ha vivido esto en su historia”, consideró el gobernador.
Esta tragedia se produce cuando el país atraviesa su peor crisis económica en décadas, marcada por una depreciación monetaria inédita, hiperinflación, despidos masivos y drásticas restricciones bancarias.
La agencia de la ONU para la agricultura y la alimentación, la FAO, teme que en breve habrá escasez de harina en Líbano, pues depósitos de cereales instalados cerca del puerto fueron destruidos.
Con información de EFE y AFP