El incidente provocó retenciones en las vías secundarias por las que se desvió el tráfico
Las grúas no lograron retirar el camión accidentado que colapsaba la calzada hasta que concluyó la jornada
axier burdain
La cisterna quedó completamente cruzada sobre el asfalto. (Josu Chávarri)
En cuanto al accidente en sí, se trató de una simple salida de la calzada con vuelco 'por causas que aún se desconocen'. Ayer mismo dio comienzo la investigación pertinente para aclararlas. El chófer del transporte sufrió contusiones de caracter leve, que fueron tratadas inmediatamente por los servicios sanitaros que se trasladaron hasta el lugar de los hechos. No fue necesario evacuarle a ningún centro hospitalario. A la par que se coordinaban las unidades de los distintos cuerpos que debían intervenir en el siniestro, las colas de vehículos detenidos comenzaban a sumar kilómetros sobre el asfalto de la A-1. El vuelco se había producido en el punto kilométrico 360, muy cerca de la localidad de Arkaute, entre los municipios de Vitoria y Arrazua-Ubarrundia, en sentido Irun. A partir de ese punto, el tráfico cesó inmediatamente en ambas direcciones.
Los Bomberos y los técnicos de emergencia se afanaban en limpiar la calzada de productos químicos. Varias grúas desplazadas hasta la zona trataban de retirar el remolque, que había quedado completamente cruzado sobre el asfalto impidiendo totalmente la circulación en los dos carriles. El tráfico seguía detenido y los conductores se impacientaban. La autovía se había convertido en una ratonera.
Los responsables del Departamento vasco de Interior no tardaron en ofrecer alternativas al colapso. La Ertzaintza comenzó a derivar tráfico hacia las carreteras A-2134 y N-104. La descongestión comenzó a surtir efecto pasados unos minutos, pero a pesar de todo las retenciones acabaron siendo kilométricas no sólo en la A-1, sino también en las carreteras comarcales adyacentes que fueron empleadas como aliviaderos.
El duro trabajo realizado por los equipos tuvo su recompensa al cabo de unas cuantas horas. Alrededor de las 13.00 horas, la Policía autonómica abría el tráfico en sentido a Madrid tras dar por neutralizado el riesgo químico causado por el derrame. Sin embargo, la retirada de la cisterna resultó bastante más compleja. Las grúas no consiguieron retirarla hasta bien entrada la tarde. La circulación en dirección a Irun no se restableció por completo hasta que anocheció.
Riesgo químico La manipulación de la sosa cáustica no está al alcance de cualquiera. Hay que cumplir requisitos muy específicos para garantizar la seguridad de los procedimientos, tanto a la hora de cargarla en las cisternas como de extraerla o transferirla. En caso de accidente, debe retirarse lo más rápidamente posible después del contacto corporal lavando exclusivamente con agua, sin jabón. Los manuales profesionales subrayan que todo el tiempo que se pierda antes de comenzar a lavar puede provocar secuelas 'graves' e 'irreparables'. En caso de derrame, además de diluir con abundante agua, los servicios de emergencia han de emplear ácido débil (acético) para neutralizar antes de proceder al bombeado para su reutilización o eliminación. En el caso de que el vertido entre en contacto con tierra o grava, hay que retirar la zona contaminada para su posterior eliminación.