Cubrimos la mayoría de los pigmentos utilizados en la industria en general. De estos, nuestra gama de pigmentos orgánicos son los que más demanda tienen en la actualidad, sobre todo en el extranjero.
La dificultad radica en que para conseguir la misma calidad y tonalidad en su fabricación, además del proceso de síntesis, es muy importante el acabado del proceso. Tanto los aditivos que se utilizan como el secado y posterior molienda afectan sobremanera a la calidad final, crítica a la hora de aplicar el producto.
Es básico. La crisis que vivimos desde hace varios años ha hecho que las empresas que no basaban su actividad en las exportaciones hayan tenido que cerrar o estén a punto de hacerlo. Exportar no es tan fácil como lo pintan, así que para ser competitivo en el extranjero tienes que ofrecer productos nuevos, de una calidad máxima y a un precio razonable. Todo esto sólo se consigue con muchos años previos de investigación y trabajo duro.
Sí, históricamente se utilizaban productos muy eficaces, muchos de los cuales hoy están prohibidos por los riesgos que comportaba su aplicación. En la actualidad, se intenta conseguir la misma calidad de producto final con aditivos que no traigan consigo riesgo alguno. Lo difícil es conseguir los aditivos adecuados cumpliendo los continuos cambios de limitación de uso por cuestiones de calidad.
Es importante que haya una consistencia en cuanto al tono del pigmento se refiere para no tener que retocar la formulación. Nuestro objetivo es conseguir que el cliente entienda el trabajo que hay detrás de cada entrega y que no sólo valore el precio unitario del producto. Este trabajo aporta al cliente un posible ahorro en costes de control de calidad y de tiempo de respuesta.
En función de los pigmentos que se utilicen para hacer, por ejemplo, tintas de impresión para packaging en cartón o masterbatches que darán color a cajas de PE, puedes conseguir mayor resistencia a las agresiones externas, mayor solidez del producto, evitar la deformación cuando el producto se expone mucho tiempo al sol, etc.
Hoy en día las regulaciones tipo REACH complican en exceso la supervivencia de empresas independientes de tamaño mediano o pequeño incapaces de dedicar todos los recursos que exigen estas normativas. En vez de invertir en mejoras en productividad o en investigación de nuevos productos, nos estamos viendo obligados a hacerlo en “regulatory” lo que implica que en 10 años quizá tengamos toda la documentación necesaria, pero no podamos vender nuestros productos ya que son caros, obsoletos y no interesan al cliente. Vivimos en un mundo de exceso en el que impera la ignorancia en cuanto a aplicación de dichas normativas, lo que limita la creatividad y el emprendimiento, tan de moda estos días.
La prohibición de ciertos productos en Europa ha aumentado la demanda de orgánicos en plásticos, pinturas y tintas. En los últimos años, China e India se han concentrado en la fabricación de estos, ganando importancia en el mercado europeo. Sin embargo, los costes de trabajo y los controles medioambientales pueden repetir el caso de los colorantes textiles de hace unos años, cuando China vio reducido el número de fabricantes considerablemente, aumentando las posibilidades de fabricantes de otros países.
Más que tendencias en cuanto a productos nuevos, el mercado busca nuevas alternativas o fórmulas que aseguren una calidad constante sin la necesidad de esperar 3 meses para recibir el producto. En ello estamos.