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ACCIDENTES

Un hombre muere al intentar salvar de un incendio a su suegra incapacitada

levante-emv.com []

 

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José Antonio, de 52 años, y Mª Amparo, de 75, fallecieron en San Antonio de Requena al arder un almacén con productos de droguería - El hombre trató de rescatar a su familiar, que se encontraba en el piso de arriba

Un hombre muere al intentar salvar de un incendio a su suegra incapacitada
Un hombre muere al intentar salvar de un incendio a su suegra incapacitada

José Antonio Salinas Novella, de 52 años de edad, murió ayer cuando trataba de salvar a su suegra Amparo del incendio que se había declarado en la planta baja de su vivienda de San Antonio de Requena y cuyas causas se están investigando. La mujer, de 75 años, se encontraba en el piso superior y no podía moverse ya que había sufrido una intervención en las piernas semanas atrás. Pese a los esfuerzos de su yerno, Amparo también perdió la vida.

Muchos vecinos que habían acudido al lugar de los hechos contemplaron horrorizados cómo José Antonio aún tuvo tiempo de asomarse por una ventana con su suegra, y pedir auxilio. En ese momento los bomberos ya habían llegado, al igual que la Policía Local, pero las llamas y, sobre todo, el espeso humo impidieron el rescate. A las 17.55 los bomberos „provenientes de Requena y Paterna y cuyo responsable había estado esa misma mañana en el siniestro mortal de Algemesí„ confirmaron que la mujer y su yerno habían muerto, aunque hasta casi las 20.00 horas no pudieron acceder al inmueble con un grúa para recuperar los cuerpos y sacarlos al exterior con permiso del juez. El forense llegó pasadas las 21.00 horas. El incendio se había declarado a las 13.30 horas y provocó, entre otros daños, la caída del techo del edificio.

Enrique fue uno de esos vecinos de la pedanía que vio a José Antonio pidiendo auxilio desde la ventana de la casa. E incluso llegó a hablar con él en la calle poco antes de que el hombre subiera las escaleras de la casa para tratar de rescatar a su suegra.

Según explicaba ayer Enrique, el fuego debió iniciarse en la planta baja, que igual servía como garaje de vehículos que como almacén de los productos que José Antonio y su mujer Mª Amparo vendían en su pequeña tienda, una especie de bazar que también proveía a los vecinos de productos de droguería. De momento no ha trascendido el origen del fuego, pero según relataba Enrique, en un principio apenas se veía algo de humo surgiendo del almacén. «Al principio no parecía demasiado importante „señalaba el testigo„. Cuando le avisaron, José Antonio salió de la tienda y empezó a sacar bombonas de butano, cajas y cosas que tenía en el almacén. Le pregunté qué había pasado y me dijo que no lo sabía. También estaba por ahí su hijo».

Y es que José Antonio y su mujer vivían en aquella casa con su hija Olga, de 18 años, y su hijo Mario, de 10. Quien no solía residir allí era su suegra, que vivía en otra pedanía requenense, Los Ruices, pero que se había trasladado con su hija para la que la cuidara tras la operación. «La pobre apenas podía moverse», destacaba ayer una vecina. En el momento del siniestro, ni Olga ni su madre Maria Amparo estaban en la casa ni en la tienda. La mujer, que al parecer estaba comprando cuando recibió la noticia de que su casa se estaba pegando fuego, tuvo que recibir atención médica tras conocer que su marido y su madre habían muerto.

«Se estaba quemando»
Habían transcurrido unos minutos desde que José Antonio había detectado el humo e intentaba sacar los productos más peligrosos del almacén, cuando el fuego se recrudeció. Algunos destacaban ayer que se escucharon varias explosiones, producidas seguramente por los recipientes con productos químicos que había allí guardados. En ese momento, el hombre decidió subir al piso superior para llevarse a su suegra. «No sabemos si es que por los nervios no se acordó de que ella estaba allí, o si fue porque al principio no le dio importancia al fuego, pero cuando un policía le preguntó si había alguien arriba, se ve que subió», explicaba Enrique.

Al parecer, también su hijo Mario hizo ademán de acompañar a su padre, pero los policías se lo impidieron. A partir de ese momento, los amigos, vecinos y familiares sólo volvieron a ver con vida a José Antonio y a Amparo cuando se asomaron por la ventana pidiendo auxilio. «Decía que le tiraran agua, que se estaba quemando».


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