Por un lado, no están en absoluto de acuerdo con ampliar la altura máxima de los semirremolques hasta los 4,50 metros. Las razones que esgrimen se basan en el incremento de la posibilidad de vuelco lateral de este tipo de vehículos, al aumentar la superficie expuesta al viento, así como la altura de su centro de gravedad, de acuerdo con las opiniones de técnicos cualificados.

En todo caso, para que esta medida entrara en vigor, debería requerir la certificación, por parte de un organismo público contrastado, de que este incremento en la altura no supone riesgo alguno para la seguridad vial, algo que no parece en principio, fácil de conseguir.

Por otro lado, existe un grave inconveniente (al que se ha prestado muy poca atención), relacionado con la altura actual de la mayoría de los muelles de carga, que no están preparados para admitir vehículos de 4,50 metros. Según datos de la Asociación de Centros de Transporte de España, ACTE, organización integrada en la Confederación Española de Transporte de Mercancías, adecuar los muelles de las empresas de estos centros supondría una inversión superior a los 1.500 millones de euros, que debería ser compensada.

60 toneladas, con condiciones

Estas organizaciones, reunidas el pasado lunes, 14 de septiembre, han acordado también aceptar la circulación de los megatrailers de 25,25 metros de longitud y hasta 60 toneladas de peso, siempre y cuando se definen una serie de condiciones y requerimientos previos para aceptar el otorgamiento de este tipo de autorizaciones. De todas formas, se trataría de realizar pruebas piloto de carácter experimental.

No a los articulados de 20,55 metros

Por último, tanto la CETM como el CNTC  se han mostrado en desacuerdo con el incremento de los actuales vehículos articulados (16,5 metros) hasta los 20,55 metros. En su opinión, estos 4 metros de longitud no harían más que aumentar injustificadamente la oferta de transporte, además de requerir cuantiosas inversiones en la compra de nuevas unidades.

Cabe resaltar que la Confederación Española de Transporte de Mercancías insiste en que cualquier cambio de normativa en masas y dimensiones debería realizarse fruto de una armonización a escala europea. De otro lado, la CETM propugna la apertura de un debate -con la Administración y los cargadores- sobre otros asuntos vitales como los plazos máximos de pago, la reducción de las restricciones al tráfico y los tiempos de carga y descarga, entre otros temas, puesto que afectan a la productividad de las empresas de transporte.