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El Ayuntamiento deniega a Black and Green la licencia para instalarse en Ircio

elcorreo.com. Miranda de Ebro []

 

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La planta para reciclar neumáticos pidió ayer empezar las obras pese a que se le notificó que su actividad estaba «prohibida» EN CIFRAS 6,4 millones de euros de cobertura con dinero público tendría esta empresa para una inversión prevista de 16 millones 8 eran los empleos que se generaban este año de acuerdo con la documentación con la que Black and Green concurrió al Reindus. A largo plazo, serían de 20. El Ayuntamiento de Miranda no autorizará a Black and Green la apertura de una planta de reciclaje de neumáticos usados en el polígono industrial de Ircio. Fernando Campo lo manifestó ayer en tres ocasiones. Pero en dos más se le había comunicado por escrito a la empresa, meses atrás, desde la Concejalía de Urbanismo y Medio Ambiente. Lo desveló el alcalde ante un hecho cuando menos curioso que se había producido en las horas previas a su comparecencia. La firma de origen valenciano había hecho llegar al SAC una solicitud formal para iniciar los trabajos de movimiento de tierras. «Nos está pareciendo un poco raro que siga planteando que se va a instalar en Ircio cuando ya se le ha dicho que no se le va a dar licencia. Simplemente para que quede claro». El responsable municipal hacía público de esa manera el contexto en el que se produce el pretendido desembarco de una empresa que debió abandonar en 2010 su idea de implantarse en el Valle de Tobalina por la oposición de los vecinos de la comarca. Sorprendentemente presentó una nueva solicitud al Plan Reindus específico para la zona afectada por el cierre en 2013 de la Central Nuclear Santa María de Garoña. En este segundo intento Black and Green Companies SLU fijaba su objetivo en Miranda. Proponía instalar una planta para la separación y aprovechamiento de componentes orgánicos de plásticos cauchos y neumáticos. Era exactamente la misma propuesta para el Valle de Tobalina -el Reindus 2010 le había otorgado 3,3 millones de euros para el desarrollo de un proyecto valorado en 9,9-. La industria trasladaba a Ircio Actividades una planta que iba a generar ocho empleos directos. Finalmente obtuvo el respaldo del Ministerio de Industria. En cifras globales, y de acuerdo con los datos facilitados el pasado marzo, recibiría 6,4 millones -a las ayudas Reindus de ambos ejercicios se sumarían los 1,3 millones que le habían sido concedidos apenas unas semanas antes por la vía de los incentivos regionales-. Partía, por tanto, con una provisión del 71% de la inversión que tenía programada. En aquel momento, Campo se mostró cauto: «Cuando nos presenten el proyecto, lo veremos. Si las normas de Ircio permiten que se instale, podrá hacerlo». Y no lo permiten. Ese es, de hecho, el argumento principal que recoge el secretario general del Ayuntamiento en la segunda de las comunicaciones dirigidas a Black and Green. Se emitió el pasado 16 de junio, un mes exacto después de la primera. En el informe se parte de la consideración básica de la actividad. Industria pesada química El Ayuntamiento la considera «una industria pesada química y, por lo tanto, su uso está expresamente prohibido». La firma, por contra, se defiende. Su actividad no se corresponde con esa calificación puesto que «no trataría productos brutos, pesados en su origen, en gran cantidad para transformarlo en productos semi elaborados». Su materia prima, insiste, «serían productos ya elaborados, neumáticos y plásticos residuales, que se transformarían químicamente en productos comerciales de valor añadido». En última instancia Black and Green asegura que «la actividad de la planta es la gestión de residuos, no la fabricación de productos químicos de primera elaboración». La Secretaría General, apoyándose en la información aportada por el ingeniero técnico industrial del Consistorio y la documentación presentada, insiste en que su encaje está en el área de química pesada. Hace referencia, de hecho, a una serie de productos que no encajarían en la normativa que regula el polígono industrial. Es el caso de «los fertilizantes, colorantes, explosivos, plásticos, gomas, caucho, detergentes, aislantes, fibras artificiales, productos fotográficos, y productos farmacéuticos, entre otros muchos». El máximo mandatario mirandés da por plenamente válida la argumentación. «En las ordenanzas de los diferentes polígonos, está expresamente prohibida la instalación de ese tipo de industrias. No vamos a permitir que se instale una empresa que a través de una chimenea genera humo negro constantemente». Y respecto a si pudiera existir algún resquicio que justificase la insistencia de la compañía por desembarca en la ciudad, se mostró claro: «Por parte de este Ayuntamiento, desde luego, no hay ningún resquicio». Una distinción que deja abierta la posibilidad de que la planta creyese contar con el respaldo de otras administraciones. «Si es que incluso la concejala (en alusión a Aitana Hernando) mantuvo una reunión con ellos y se lo dijo personalmente». Su tono de sospecha lo mantuvo instantes después, cuando planteó lo siguiente: «No sé, no me están oliendo bien los humos de esa empresa».

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