CUF y Solvay anunciaron en noviembre un acuerdo para construir una nueva instalación mediante tecnología de membranas que prevé estar operativa en la segunda mitad de 2019, un proyecto con el que la actual Bondalti pretende consolidarse como el primer productor de cloro en la Península Ibérica. Ahora bien, según confirmó el dirigente al rotativo gallego, «no ha sido posible hacerlo en Elnosa -Electroquímica del Noroeste SA; la mercantil que operará en Barreda es Electroquímica del Cantábrico-, que era nuestro objetivo. No siendo posible en Pontevedra hemos apostado por Solvay», confesó, para agregar que la intención de la corporación lusa pasaba por renovar la concesión y adaptar la factoría a los nuevos requerimientos comunitarios. De momento la actividad en Elnosa se mantiene con la producción de derivados como el hipoclorito, más barato y menos rentable. «Queremos mantener Elnosa con derivados y comercializadora», añadió al Faro de Vigo.
Cisma entre instituciones
Lo cierto es que las diferencias administrativas han traído a Bondalti a Torrelavega, con una previsión de empleo directo próxima a los 35 puestos de trabajo, que se elevará a cerca del centenar entre indirectos e inducidos, según las propias previsiones de la compañía. De esta cifra habrá que concretar si alguno de los operarios de Pontevedra acepta la oferta para desplazarse a Cantabria. En Lourizán quedan en torno a 50 personas, número que mermará rápidamente al aplicarse un Expediente de Regulación de Empleo (ERE).
El Concello de Pontevedra, contrario a la planta en la ría, subrayó días atrás que «Elnosa es una empresa que se compró en desguace. Tenía una fecha de caducidad de la concesión de Costas, pero, sobre todo, tenía también una fecha de caducidad de producción de cloro mediante el sistema que utilizaba, que se fue ampliando por las prórrogas de las prórrogas».
Bondalti, antigua CUF, espera producir en la nueva factoría tras el verano de 2019
La Xunta de Galicia, en cambio, aseveró que «desde nuestra parte hicimos todo lo posible para que esto no pasase. Consideramos que había que garantizar la seguridad ambiental y los empleos. Las autorizaciones de la Xunta siempre han sido muy estrictas. Queríamos consolidar empleo de calidad en nuestra ciudad y nuestra comarca. Siempre dijimos que Pontevedra no está para perder puestos de trabajo de calidad», recalcaron.