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RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA

La ética como nuevo instrumento de rentabilidad en la empresa

finanzas.com []

 

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La ética en la actividad empresarial, más allá de una exigencia autoimpuesta, comienza a ser percibida como un elemento que aporta rentabilidad a los negocios, a juicio de los expertos reunidos hoy en los 27 Encuentros Empresariales de la Sociedad de Garantía Recíproca Elkargi.

La sociedad avalista ha reunido en el Kursaal de San Sebastián a la exministra de Ciencia y Tecnología y actual presidenta de la Fundación Cotec, Cristina Garmendia, al consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, al jurista Antonio Garrigues Walker y a la catedrática de Ética de la Universidad de Valencia Adela Cortina, quienes han disertado, desde distintas perspectivas sobre 'El Mundo que nos viene'.

Una de las ideas que ha atravesado el debate se ha referido a la aplicación de criterios éticos y de responsabilidad social corporativa, la búsqueda del 'valor social' en la actividad empresarial, un instrumento que, además, comienza a percibirse como 'rentable'.

'La ética empieza a ser rentable, hoy en día fallar a los principios de transparencia puede reportar un problema reputacional que te puede llevar por delante', ha opinado Imaz, quien ha afirmado que Repsol tiene inversores dispuestos a retirar sus aportaciones de la empresa si ésta adopta la decisión de operar en el Ártico, por ejemplo.

Ha insistido en que 'hoy es un activo la responsabilidad social corporativa para que vengan determinado tipo de inversores', que en el caso de Repsol ha calculado en un 20 % de sus accionistas.

También Cristina Garmendia ha coincidido con esta idea, al asegurar que 'la rentabilidad financiera tiene que ser una consecuencia necesaria de la búsqueda del valor social'.

Garmendia, que ha centrado su intervención en la innovación, ha destacado que las empresas del futuro deberán defender 'como objetivo fundamental el valor social y la preservación del medio ambiente', lo que exigirá un cambio de modelo, porque el actual de 'producir, usar y tirar es insostenible'.

Frente a este paradigma se imponen conceptos como el de la 'economía circular', que consiste en 'tener en uso la mayor parte del tiempo posible todos los bienes que producimos', ha indicado la exministra.

En esta misma línea se ha expresado Adela Cortina, quien ha asegurado que la ética es 'una herramienta de gestión', 'sirve para generar confianza' y debe ser asumida en la actividad empresarial por criterios de justicia, pero también de 'prudencia'.

La innovación ha sido otro de los conceptos que ha centrado la jornada y que ha sido desarrollado sobre todo por Cristina Garmendia, quien ha definido el término en sentido amplio y ha descrito una serie de tendencias sociológicas que modificarán el modo de hacer negocios en el futuro.

La colaboración, el uso compartido de bienes, la reutilización de la tecnología ya existente para nuevos usos, el compromiso social de las empresas, la ubicuidad, la apertura de datos y la rapidez son algunas de las tendencias apuntadas por Cristina Garmendia.

España tiene 'mimbres' y está 'bien preparada' para afrontar esos retos futuros, porque es la décima potencia científica a nivel mundial, ha competido 'bien en Europa' y 'por cada euro invertido, la ciencia española produce más que Alemania, Francia y el Reino Unido'.

'Tenemos buenos retos, muchas oportunidades, capacidades, tenemos que entender el futuro y ojalá que la política nos acompañe', ha deseado.

Por su parte, Josu Jon Imaz también ha destacado determinados valores necesarios para ser competitivos en el 'mundo que viene', algunos tan básicos como 'trabajar duro' con 'honestidad, integridad y coherencia'.

También ha apostado por valorar el error, reconocerlo, como una de las claves 'de la innovación y de la mejora de un equipo'.

A su juicio, la formación 'es más importante que nunca' en un ámbito político y económico en el que la 'volatilidad ha venido para quedarse, va a ser recurrente'.

El jurista Antonio Garrigues ha mencionado algunos factores que tendrán peso en el futuro y provocarán cambios, como la longevidad, una realidad que 'va a alterar la sociedad', unido al 'suicidio demográfico' que significa que, en países como España, las mujeres tengan cada vez menos hijos.

Garrigues ha alertado de la ausencia de innovación en el ámbito público y en la política, una de cuyas consecuencias es el ascenso del populismo, detectado ya en España, Irlanda y Francia, pero también en Estados Unidos, como demuestra el auge de Donald Trump.


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